Hay ocasiones en que sentimos que “nuestros pensamientos parecen jugar para el equipo contrario” tan grande es el poder que encierran que llegan a tener un impacto tremendamente negativo en nuestro animo, en nuestra conducta, en las evaluaciones que hagamos acerca de nosotros mismos, en suma de nuestra vida. Los razonamientos son los responsables de lo que hacemos. Sin embargo, a veces tenemos la sensacion de que cobran vida propia y avanzan por su cuenta. Son los casos en los que decimos cosas tales como “no puedo de dejar de pensar en que voy a cometer un error en el partido, que no voy a poder ganar”. Estas situaciones se presentan como consecuencia de la falta de dominio sobre nuestra actividad mental y del desconocimiento que tenemos sobre el funcionamiento de nuestra mente. Los neurocientìficos han descubierto que tenemos alrededor de 60000 pensamientos diarios y el 90 % de esos pensamientos son los mismos dìa a dìa, lo que provoca que tengamos siempre los mismos resultados, es como caminar en circulo, siempre vamos a llegar al mismo sitio. Si podemos saber como tomar las riendas conduciremos nuestros pensamientos por el camino adecuado.
Los pensamientos de entrelazan con las emociones y con las creencias. La manera en que nos sentimos son el resultado de lo que pensamos y cada vez que le damos credito, convertimos ese pensamiento en una creencia. Estos tres aspectos pensamiento, creencia y emocion conforman un conjunto inseparable que marca el rumbo de nuestra vida.
El más consistente de los descubrimientos que podemos encontrar en la literatura de la psicología deportiva científica es la correlación directa entre autoconfianza y éxito en competición. Lo que los jugadores de un equipo piensen o verbalicen con respecto a la competición es crítico, y afecta a su rendimiento a corto o a largo plazo. Por ello, un pensamiento o una forma de pensar inapropiada conduce a sentimientos negativos y a un pobre rendimiento deportivo; por el contrario, un pensamiento apropiado o positivo conduce o proporciona sentimientos de valía y alto rendimiento deportivo.
La clave para el control de los pensamientos, es el autodiálogo La frecuencia y el contenido de los pensamientos varían de una persona a otra; pero podemos afirmar, en un sentido muy veraz, que cada vez que pensamos acerca de algo estamos hablando o dialogando con nosotros mismos. El autodiálogo, cuando es negativo, distrae de la tarea que hay que realizar e interrumpe las habilidades automáticas aprendidas. El autodiálogo es especialmente destructivo cuando un jugador o todo un equipo se etiqueta despectivamente.
Por consiguiente, una vez establecida la necesidad de conocer y, si es preciso, modificar el diálogo interno del jugador como factor clave que determina nuestros sentimientos de confianza, utilidad, valía y que pueden intererir en la ejecucion deportiva. A continuacion desarrollare una tecnica para para modificar el dialogo interno del jugador.
Para modificar lo que los jugadores se dicen a sí mismos en determinadas situaciones, potencialmente generadoras de estrés, utilizamos las autoinstrucciones. Se utiliza cuando lo que el jugador se dice a sí mismo interfiere la ejecución de la conducta deportiva. El psicólogo, junto con los jugadores, repasa las situaciones estresantes del partido que ponen en marcha los pensamientos negativos: por ejemplo, un jugador de, Basket, Hockey o Tenis falla un tiro en una muy buena posición para marcar el gol o punto, sus pensamientos tras de este error son: "¡Qué malo soy, no acierto una; creo que no vamos a ganar ". Este autodiálogo interfiere en el rendimiento, porque genera ansiedad e impide centrarse en la jugada siguiente o en lo que el entrenador le ha dicho.
Se le enseña que en este caso, primero, mediante la técnica llamada parada de pensamiento, debe detener la cadena de pensamientos negativos diciéndose "¡basta!". Después se le explica que tiene que utilizar las autoinstrucciones previamente ensayadas (frases cortas que internamente nos decimos a nosotros mismos para guiar con éxito nuestra conducta) en esa situación. Entre psicólogo y jugadores determinan qué autoinstrucciones puede usar para ese momento, por ejemplo: "¡Vamos sigue enfocado en tu plan de juego!".
Estas autoinstruccione, sirven para recordar que eso que ha sucedido entra en lo posible, que es inherente al juego, que no pasa nada, que los goles ya entrarán. En ese momento hay que enfocarse en lo que el entrenador le indica y no en que ha fallado el tiro. Otro momento en el que se pueden poner en práctica las autoinstrucciones es cuando el equipo va perdiendo, por varios tantos de diferencia. Es muy probable que afloren sentimientos de desánimo, que los jugadores empiecen a notar ansiedad y se apuren en la elaboración de las jugadas. Además de poder realizar unas inspiraciones profundas para poder calmarse y regular las reaccoes fisiologicas que puede acompañar a esa situación, los jugadores tienen que poner en marcha unas autoinstrucciones ,ensayadas antes de la competición, de este tipo: "No nos desesperemos; vamos a enfocarnos en atacarlo". Las autoinstrucciones han de ser cortas y congruentes con el estado de ánimo. No vale, pues, decirse "no estoy nervioso" cuando en realidad se está. Es mejor decirse: "Estoy nervioso, pero sé lo que tengo que hacer para superarlo". De cualquier modo, es fundamental que el jugador perciba que lo que se dice le ayuda a superar la situación estresante.
Recuerden, podemos utilizar las autoinstrucciones para :
- Analizar y prever qué es lo que puede suceder en un partido determinado (los inconvenientes que un partido tiene: ir perdiendo, fallar tiros, etc), y ensayar con los jugadores, el psicólogo y el entrenador del equipo, auntoinstrucciones cortas y claras que puedan ser utilizadas en esos momentos para que guíen el comportamiento deportivo con eficacia, que muestren que hay salida para la situación.
- Para motivar a los jugadores, ya que éstas pueden ser motivantes en sí mismas.
- Gracias a la plasticidad del cerebro cuando creamos nuevos circuitos de pensamientos, estos se fortalecen y se van desarticulando los antiguos pensamientos y emociones que nos hacen sentir mal y perjudican nuestro rendimiento. Esto requiere tiempo, pero con practica sucede.
Lic. Claudio Sosa
Departamento psicología deportiva IDTC |