Como todo deporte, la competencia es el medio más atrayente para los participantes y para los espectadores. Es parte de la vida. Los torneos del tenis profesional son seguidos en televisión o con participación directa por cientos de miles de personas. Sin embargo, siempre nos ha llamado la atención cómo hemos mantenido una actitud un poco estructurada en relación a las competencias de los jugadores recreativos, definiendo el formato de los torneos con el clásico cuadro de 16, 32, 48 ó 64 jugadores con simple eliminación.
Las nuevas medidas del ATP en relación a los cambios en el sistema de ránkings de jugadores profesionales, creando “la carrera de los campeones” como un formato de ránking más simple de entender para el espectador común que el anterior sistema; los cambios en el marketing de los grandes torneos súper nueve; la obligación de jugar todos estos torneos más los Grand Slam de los mejores cincuenta jugadores del ránking; sumemos también: los cambios que hiciera la ITF en relación a la pelota más grande y los cambios reglamentarios. Estos nos muestran una actualización profunda para la captación de la atención de millones de espectadores que, bombardeados por una gran oferta espectáculos televisivos, son participantes potenciales del tenis.
Esto muestra un gran cambio en el marketing general del tenis. Estamos liderando la puesta y se acciona para continuar en ascenso. Pero qué nos pasa en relación al público en general, en el llano. En el tenis recreativo. Cuando tenemos que competir no por la atención televisiva, sino por la participación diaria. Aquí hemos cambiado muy poco, a nuestro entender. Seguimos con un formato muy tradicional y en época de imágenes, de servicio, de gran velocidad, quizás también, nos estamos quedando un poco retrasados. Alrededor del planeta siempre hay ocasiones donde profesionales, personas y jugadores dejan una mañana o tarde para jugar su partido compitiendo con otros en un torneo que dura exactamente ese tiempo. Generalmente el torneo está reglado y sirve para el propio hándicap del jugador. En el tenis, este formato no lo tenemos. Los torneos son en fines de semana, a veces con una duración prolongada en varios fines de semana o mensuales. Mucho tiempo. Entonces ¿cómo cambiar? Imaginemos un grupo de abogados compitiendo la tarde del miércoles, en un torneo abierto que dura solo una tarde y que les sirve sus resultados para bajar el carnet individual o que le otorga un premio por ese torneo. Esa debería ser la idea.
Cuando tenemos una situación desmotivante debido a la pérdida de un torneo en primera ronda y decide no competir más en este tipo de eventos, quizá siga entrenando, no está muy motivado por aprender, pero seguirá jugando con los amigos del club. Aquí tenemos otra situación que ocurre generalmente y que ciertamente contribuye poco al desarrollo regional de tenis. Entonces hacia dónde nos dirigimos. En las estructuras de competencias de base, en las cuales tenemos que motivar a las personas a continuar su crecimiento, el formato de los torneos guarda profunda relación con el resultado final de la región. Por ello, vale pensar qué tipo de alternativas podemos incorporar para desestructurar el formato tradicional de competencias que hemos impuesto a lo largo de los años, siendo creativos e innovadores a la hora del diseño de la competencia. No se trata de desvirtuar el deporte, pero sí adecuarlo a las necesidades que nos demanda el mercado.
Sigamos reflexionando, en un cuadro convencional, hay sólo un ganador y los otros 31 jugadores podrían considerarse los perdedores del torneo. Quizás esto, pensado así, es duro. Sin embargo, refleja una realidad que tenemos que atender, necesitamos crear un entorno más provechoso para el jugador principiante, transformando la competencia y haciendo que ésta lo alienta a continuar creciendo en el tenis. Centrémonos en estas sugerencias para que ellas disparen sus propias ideas de organización de eventos.
FUENTE: Tenis Concepto 6/90 por Fernando Segal