El proceso de la formación y desarrollo de un jugador de tenis está integrado y esquematizado por diferentes etapas de aprendizaje siempre difíciles de completar y superar, cada jugador aprende a entrenar, se esfuerza y compiten cada día, buscando lograr cada día, un mejor nivel de juego. Durante ese programa de desarrollo de su juego, hagamos las siguientes preguntas; ¿Quién te define dentro de una categoría que competirás o qué determina tu nivel independientemente de un ranking? ¿Qué te indica que tipo de torneos o competencias son las más indicadas para ti?
Generalmente son tus propias habilidades junto con las experiencia de tu profesor/entrenador lo que te indica adonde debes ir a competir, que torneo anotarte, independientemente de tu edad. Lo ideal es que, en base a tu etapa formativa y a tu programa se tomen estas decisiones para lograr tu máximo potencial. Para ello, hay un tema fundamental “EVALUAR” a cada jugador en sus procesos de aprendizaje y de entrenamiento. Es decir, más allá de la competencia que es un grado de evaluación y no el único, la clave es ejecutar periódicamente evaluaciones en: la técnica, táctica, el desarrollo motor, lo físico, la parte mental, el área cultural , la adaptación y preparación para competir y mucho más. En la mayoría de las veces, la mejor evaluación de un jugador es el último resultado en el torneo o más dramático aún el propio jugador se evalúa por ese punto que fue determinante en el partido que cambio el resultado para bien o para mal, eso es frecuente, normal y aceptado. Sin embargo, hay que poner un contexto real una situación así, no podemos permitirnos enjuiciarnos o aceptar que alguien más lo haga por la eficacia de un solo tiro o resultado, se requiere ver más allá del resultado de cualquier aspecto del juego que pretendamos aprender o entrenar, los cuales deben ser perfectamente definido y medible. Esto se logra si contamos con un adecuado plan de entrenamiento que nos permita ir controlando los avances, debilidades y fortalezas como jugador. Lo que también, nos mejora como entrenador. “SOY TAN BUENO O MALO COMO MI ULTIMO RESULTADO” Es frecuente observar en ciertas instituciones o programas que se trabaja sin evaluar, en otras palabras, sin juzgar, sin valorar la efectividad del proceso enseñanza y aprendizaje para con su resultado, mejorar continuamente. Esta manera de hacer las actividades provoca que muchos jugadores se pierdan en el camino debido a sus propias expectativas, a las de sus padres o entrenadores que solo por percepción definen o encasillan a un jugador. Al no contar con datos y mucho menos un objetivo medible para cada etapa de su desarrollo, esto termina por confundir al propio jugador que se pierde en la situación y se desmotiva al frustrarse por estar compitiendo sin estar preparado con sus recursos para estar en ese nivel. Ante tanta frustración, este se da por vencido y abandona el tenis.
En la red de clubes y sus escuelas de tenis IDTC sabemos que se requiere más de 10 años la formación metódica, sistemática y con un perfil científico de un jugador. A lo largo de este trayecto, contamos con la valiosa oportunidad de impactar positivamente a cada uno de estos jugadores, planteando la autopista de desarrollo IDTC con objetivos claros, medibles y sobre todo, realistas. Esto le abre un mundo de posibilidades, ya no solo en el tenis sino también para su vida dentro o fuera del deporte. En definitiva, el tenis es un deporte para toda la vida y es nuestra responsabilidad dar medios para que los jugadores alcancen su potencialidad en un ambiente positivo, proactivo y que contribuye a ganar confianza en sí mismo.
Evaluar el desarrollo, una etapa o un ciclo, nos permite controlar los aprendizajes esperados, manejar expectativas, educar a los padres sobre el proceso y etapas de formación del jugador. De esta manera obtendremos información precisa que permita a nuestros jugadores mantenerse motivados y con un panorama real de su juego o etapa de desarrollo en la que se encuentran y ser más efectivos.
IDTC brinda innovación, tecnología y un sistema probado que garantiza éxito en cada programa de tenis.
